Es una novela romántica, cautivadora y especial ya que aborda temas muy distintos como la vejez, la prostitución y el amor, entre otros.
Esta obra relata la historia de un anciano que al cumplir 90 años decide hacer realidad su fantasía de tener sexo con una adolescente virgen.
Para contactar a la joven recurre a Rosa Cabarcas, una prostituta administradora de un prostíbulo que frecuentaba en otros tiempos. El anciano la llamaba Delgadina, era una adolescente de catorce años y virgen.
En su primer encuentro Rosa le dio a ella un tranquilizante para que no estuviera nerviosa, y para cuando él llegó, la chica estaba dormida y lo que hizo el anciano fue solamente contemplarla.
Luego de este primer encuentro, en el que no tuvieron relaciones, esta pareja poco normal se prolongó por un año y se enamoraron. El anciano encuentra el amor en la última etapa de su vida, cuando pensaba que lo único que le faltaba era la muerte.
Esta relación
hace que el anciano recuerde todo su pasado, la carrera periodística, el amor a
la música, los libros preferidos y su costumbre y gusto por las prostitutas.
"Aquella
noche, descubrí el placer inverosímil de contemplar el cuerpo de una mujer
dormida sin los apremios del deseo o los estorbos del pudor", esta fue la
frase que, en lo personal, más me gustó, ya que demuestra cómo el narrador descubrió
que el amor puede pasar por otro lado
que no sea la actividad sexual.
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